Tengo miedo, sí, mucho miedo ¿y qué? ¿no es de humanos eso de tener miedo? sí, lo es y yo hoy estoy asustada, asustada de que nada sea como era pero...¿y si no lo es, voy a pasar toda mi vida lamentando lo que nunca fue? NO.
Quiero poder mirar hacia los lados y que nada me recuerde a ti, poder pasear de noche mirando las estrellas y no imaginar que estás a mi lado como una cría que aún cree en los cuentos de hadas, esos que dan tantas esperanzas y por los cuales tantas chicas tienen tan altas espectativas, pero chicas, siento decir que el príncipe azul NO EXISTE, que no os vendan cuentos chinos, que todo eso de la pareja perfecta es solo una pantomima, puro marketing...que sea quién sea, llegue cuando llegue os hará sentir bien, genial, estupendas, os hará volar si hace falta pero también os hará caer y cuanto más alto vueles peor será la caída. De ilusión no se vive digan lo que digan, ni de imaginaciones, ni de besos y abrazos, porque al final todo eso se desvanece y siempre queda lo mismo, una calle vacía, que se va congelando a medida que va llegando el puto invierno sin dejar rastro de huellas del pasado que se quedan ahí, en el pasado, en el recuerdo del cual tampoco podemos vivir, es más, deberíamos dejar los recuerdos en lo que son, pasado, no tocarlos, no revolverlos...porque cuanto más los revolvamos más ganas tendrá una lágrima de pasearse por nuestra cara...porque lo único que nos queda del pasado es la intriga de si algún día, alguien en algún lugar del mundo creará la esperada máquina del tiempo que tantas veces hemos deseado pero, quizás, lo más seguro que cuando exista ya no queramos volver a donde quisimos estar una vez...
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