Cambios que no avisan.

Un sólo momento para saber que hay cosas que no vuelven a ser iguales...







Muchas veces pensamos que las cosas van a estar ahí para siempre, que siempre van a ser iguales, que se van a mantener en el tiempo o que, simplemente, nada va a cambiar de como es ahora, en este preciso momento. Pero pocas son las cosas que no cambian o no se van del lugar en el que están en este mismo instante. Todo cambia, los paisajes, las ciudades, las personas...

                  Algunas cosas permanecen a lo largo de los meses, los años,
                  los siglos...pero muchas otras no, muchas otras salen de tu
                  vida y muchas veces lo hacen sin avisar, así sin más un día
                  te despiertas y ya no están...algo sucede o quizás no...y cuando
                  te das cuenta de que ya no están, las echas más de menos que
                  nunca...

Cuando piensas que todo es perfecto, que nada puede estropear algo, sucede, ese algo hace que todo cambie y, por desgracia, o simplemente por el arte del destino, hace que algo cambie en tu vida, en ti, hace que veas que a lo mejor ha pasado por algo, se ha ido porque debía irse o ha cambiado porque debía hacerlo. Y cuando te das cuenta, ya no puedes hacer nada, solo esperar, esperar que todo vuelva a ser como era antes, con un mínimo de esperanza de que algún día todo sea como era.