¿Sabeis ese juego en el que alguien le da la vuelta a una bola del mundo y, con los ojos cerrados, pone su dedo índice sobre la bola para pararla y cuando ésta se para, donde se haya posado su dedo, es donde tiene que viajar?
Me encantaría, me encantaría que alguien, alguna vez, me tapara los ojos, con un pañuelo, con un trozo de papel o simplemente con sus manos, que le diera la vuelta al mundo por mí y que cogiera mi mano, y me dijera al oído que la extienda, que con un dedo elija el destino de nuestros sueños, para poder vivir juntos algo mágico, una escapada que va de mano del destino, que nadie a planeado, que simplemente sale al azar, un lugar entre todos los que hay en el mundo. Miles de lugares, millones de rincones, y nos perdemos en el que en ese momento se quede pegado a mi dedo...
Y es que puedo imaginar ese momento, escucho la música que me gustaría que sonara, la habitación a oscuras, no veo nada, tengo los ojos tapados y sólo escucho su voz en mi oído y la bola girar...como extiendo mi mano y como mi dedo toca la bola, como se para...lo único que no soy capaz de hacer es quitarme la venda de los ojos, no puedo ver el destino ni la persona que me ha elegido para girar el mundo a mi lado...pero sé que algún día en algún lugar del mundo, alguien girará el mundo por mí, girará mi mundo, dará una vuelta de 180 grados y lo intentaré parar con un solo dedo pero será tan mágico que iré de un polo a otro y no podré pararlo...será tan mágico que con tan solo una mirada me arrancará todas las sonrisas del mundo, y será tan asombroso que el mundo se quedará corto para recorrerlo, juntos.
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